Pep Guardiola, ante un reto interior apasionante
/El nuevo proyecto de Pep Guardiola en el Manchester City se antoja apasionante. El deporte, al igual que el arte en general, es capaz de enseñarnos que es posible darle algo de valor a la vida.
La selección española de waterpolo femenino, Carolina Martín en bádminton, el Barça, el Atlético de Madrid, Pau Gasol, Rafa Nadal, Juan Chamorro, Andrea Motis o Jaume Plensa, por citar solo algunos ejemplos, nos muestran que no solo es posible ganar, sino también haciéndolo de una forma acorde con el interior del ser humano y no por simple avaricia o afán de ganar.
Tal y como escribió el periodista Ramón Besa, la diferencia esencial entre Pep Guardiola y José Mourinho es que, el primero, quiere llevarnos mas allá de la realidad tangible y, el segundo, se conforma con marcar un gol más que el oponente.
El escultor Jaume Plensa persigue, a través de su arte (al igual que Guardiola), acercarnos a un diálogo personal, con nuestra parte mas interior. En una conferencia que les recomiendo que escuchen (tómense su tiempo y pónganse en sintonía) explica como, hace algunos años, los mineros de Sutton (ciudad cercana a Liverpool y a Manchester) buscaban -después de haber cerrado las minas de las que habían vivido en los últimos años- un icono o referencia sobre el que sustentar su voluntad de resurgir de su decadencia.
Al igual que en el fútbol, los mineros buscaron por todo el mundo un artista que les presentara un proyecto inspirador para que pudiera, no solamente generar una pieza que ocupe un espacio, sino que el deseado icono se convirtiera en una referencia en sus vidas y el inicio de un nuevo periodo de prosperidad.
Después de mucho buscar, descubrieron a Jaume Plensa. El artista habló con ellos y lograron entenderse, pese a ser de una cultura absolutamente diferente: uno del mediterráneo; los demás, del norte de Inglaterra, un lugar lluvioso y duro. Plensa les escuchó y captó, en una conversación con un minero, la increíble sensación de vivir en la oscuridad de la mina. A partir de esas conversaciones, Plensa ideó la escultura Dream (St.Helens, Sutton 2009). Se trata de la gran cara de una niña (situada en una colina creada con los residuos de la mina), con los ojos que quieren reflejar el mundo interior, vivido en la mina.
Jaume Plensa: Ciclo 40 años de escultura en la calle CajaCanarias
He podido ver en directo algunos partidos del Manchester City. He leído algo de su historia (sus orígenes también son mineros), he podido visitar sus instalaciones y ver un poco su forma de trabajar. Siempre me ha parecido un ejemplo de profesionalidad, estructura empresarial, orden, perfecta organización y excelencia en las infraestructuras y material técnico. Sin embargo, al mismo tiempo, siempre he sentido frío, pero no físico, sino frío en el sentido que todo es demasiado automático y preciso como un reloj, pero carente de vida, como si adoleciera de una idea interior que le dé sentido. Es la misma sensación que tengo cuando veo jugar al equipo con sus magníficos jugadores, a los que observo desconectados de cualquier idea que dé una razón de ser a su juego, o que les conecte con su público original.
El juego del City adolece de una idea interior que le dé sentido. El gran proyecto que Pep Guardiola, Ferran Soriano y Txiki Begiristain tienen por delante, no radica en ganar partidos y competiciones; radica en crear una idea interior (al igual que Plensa) que, en comunión con la gente y los jugadores, les lleve a ganar partidos y campeonatos.
Ganar es duro, pero crear lo es aún más. Es por eso que el reto es tan apasionante y difícil.
Igual que lo hizo Plensa, si alguien lo puede hacer es Pep. Para ello, se necesita sensibilidad, inteligencia y valentía. A Pep, y los suyos, les sobra.