Motivación

Recuerdo que, hacia el año 1995, tuve la oportunidad de viajar a Italia en varias ocasiones como asesor y entrenador de la familia Piñeiro y de su hijo Héctor, piloto de karting por aquel entonces. Participaba en el campeonato Italiano de karting, el más prestigioso del mundo y cuna de los futuros campeones.

Nos encontrábamos en Parma un sábado frío y soleado, apoyados en la valla del circuito, charlando y desperezándonos un poco justo antes de iniciar la jornada de competición. De pronto, apareció un helicóptero y aterrizó en medio de la pista, justo delante de nosotros. Estuvimos atentos a quien era el personaje que descendía del mismo. Vimos que salía el pequeño Nico Rosberg, que llegaba desde Mónaco -su lugar de residencia habitual-, para participar en la competición.

A raíz de este hecho, surgió la conversación sobre como su padre Keke (excampeón del mundo de F1), había realizado su propio “plan de negocio” con su hijo Nico, para que este llegara a la Fórmula 1 y, si fuera posible, a ser campeón del mundo de F1, con todo lo que le podía suponer de beneficios económicos, si se conseguía.

Para llevar a cabo la estrategia, utilizaba eficaces técnicas de negociación con los diferentes equipos italianos que suministran el material en el campeonato. De esa forma, podía disponer siempre del mejor material del momento para favorecer la consecución de los mejores resultados…

Muy diferente era el caso de Fernando Alonso, que unos años atrás, también había disputado el mismo campeonato. Nos relata como, siendo un chico de corta edad, viajaba con su padre en coche desde Oviedo hasta el mismo circuito de Parma (donde Nico llegaba en helicóptero). Ambos hacían largas jornadas maratonianas de conducción hasta Italia, con el  dinero justo en el bolsillo.

Alonso también disponía de un magnífico material que le permitía ganar, pero era más por su talento (cuando los fabricantes ven el talento siempre le ayudan porque ven clara la posibilidad de ganar), que por grandes dosis de negociación.

Veinticinco años más tarde, y hace solo unos pocos días, Rosberg nos dice en un artículo en Mundo Deportivo, que él no sería capaz de tener la motivación que tiene Alonso de conducir al 100% con un coche que no le da ninguna oportunidad de ganar. Fue también el mismo Nico Rosberg quien, después de conseguir su primer campeonato del mundo, se retiró definitivamente de la alta competición al verse incapaz de disfrutar al conducir un Fórmula 1, ya que sentía una gran presión por tener que defender el título. En definitiva, era incapaz de mantener la motivación una vez conseguido su objetivo.

Fernando comete errores (no es muy sociable: es arrogante y, probablemente, no es buen trabajador en equipo), pero mantiene la motivación y disfruta siempre -tanto cuando gana como cuando no-. También es quien más dinero ingresa, aunque no gane carreras. Y eso, ¿a qué se debe? La respuesta es sencilla: siempre al 100% de sus posibilidades. Dar el máximo de uno mismo es actuar sin pensar –dejar tu ego en casa, dejar de pensar y dedicarte solo a conducir –. Él no tiene miedo y, al hacerlo así, goza de tanto placer, que le retroalimenta su motivación. Solo hay un placer superior al de ganar: ganarse a uno mismo. Aunque Fernando también anhele ganar.

La mejor motivación siempre se construye superando dificultades, normalmente, con alguien cercano que te ayude a superarlas. Solamente, desde la superación de la dificultad, llegaremos a lo mejor de nosotros mismos, no desde la evasión del problema.

Hoy en día, se estila ponérselo fácil a nuestros hijos, también a nosotros mismos. Nos evadimos mediante la comida o los constantes estímulos que nos distraen. ¡Desengáñese! El mundo cambia y más que cambiará, pero los que más sepan atender su motivación, independientemente de las dificultades, son los que vivirán mejor.