¡Ahora empieza lo bueno!

Todo el mundo piensa que lo bueno empieza cuando comienzan las vacaciones, pero es al revés. Lo bueno empieza ahora. No podemos creer en un modelo de vida en el que disfrutamos un mes para padecer once, ¿a quién se le ocurrió este invento? Estamos constantemente inmersos en un círculo de responsabilidad, presión, velocidad, ajetreo, cabreo, desesperación, malestar, evasión, diversión, descanso, etc. Es algo que, a menudo, percibimos como absurdo y, por ello, nos crea ansiedad.

Estos días de descanso nos han dejado claro que el mar sigue siendo un lugar esplendoroso, que nos relaja y nos proporciona paz; que las montañas y los ríos, nos dan alegría y vitalidad;  también que los puentes se caen; que hay gente que enferma y que los políticos no nos solucionarán nada de lo que verdaderamente importa. Ante todo esto, ¡vamos a ponernos en marcha! Porque sentirnos bien depende de nosotros y de nadie más.

Entrenar bien nos proporciona equilibrio con nosotros mismos y nos da fuerza para no ser una hoja a merced de las circunstancias. No obstante, ¿qué es entrenar bien? (Siempre que hablo de este concepto todos me dicen que no me entienden) Entrenar bien es: entrenar con humildad y con ganas. La humildad nos la proporciona la aceptación de las cosas como son, y no como nosotros queremos que sean; y las ganas nacen de una clara voluntad de vivir actuando y haciendo las cosas bien, para nuestro beneficio, y el de los demás”.

Todo empieza por dar más prioridad a nuestro bienestar interior, que a todo lo demás. Si nos sentimos bien con nosotros mismos, trabajaremos mejor, educaremos mejor a nuestros hijos, seremos más eficaces y disfrutaremos más de nuestros momentos de ocio o placer.

Hacer ejercicio es importante para conseguir beneficios, ya que nos equilibra y nos centra. Sin embargo, solo el buen entrenamiento, nos proporcionará el estímulo adecuado para vivir con satisfacción y convertir, los próximos once meses de trabajo, en algo interesante por vivir.