Ejercicio físico y salud

En una charla informal con el director de una importante instalación deportiva municipal, coincidimos en comentar la sensación que tuvimos durante el último periodo de confinamientos de nuestras instalaciones. La conclusión fue que para las autoridades de nuestro sector, no era un sector de cierto peso o relevancia. Dedujimos que, en el imaginario de la mayoría de gente y, por lo tanto, también de nuestros políticos e instancias de gobierno, el sector del deporte y del ejercicio físico es algo más vinculado al ocio, que a la influencia real que puede tener para la salud.

Hace un par de años, a raíz de unas elecciones, no recuerdo qué periódico preguntó a los candidatos qué ejercicio físico hacían. Todos estaban muy lejos de tener un concepto de ejercicio físico y salud claro. La mayoría no hacían nada, y los que hacían algo, estaba más vinculado a la evasión y al desahogo, que a realizar un entrenamiento o ejercicio verdaderamente vinculado a la mejora de la salud.

Este mes agosto tuve una llamada de una persona interesada en mis servicios, recomendados por un cliente fiel. Venía con amplios antecedentes de ciática de varios meses, y de haber asistido a diferentes fisioterapeutas, traumatólogos y un neurólogo. Después de exponerme su situación, le expliqué lo que le podía ofrecer y lo que se requería para su puesta en práctica. Le aseguré que, en un 90% de posibilidades, lo solucionaríamos o mejoraríamos.

A medida que yo iba hablando, el hombre iba apreciando que, lo que le proponía, le supondría un esfuerzo, un cambio de hábitos y de la forma de pensar respecto a su cuerpo. De repente, me planteó la pregunta clave: “¿Me divertiré haciendo tus entrenamientos?” Le contesté que no se divertiría, pero seguro que se sentiría mejor y que mejoraría. Además, le recordé que teníamos un 90% de posibilidades de solucionar su problema.

¿Qué creen ustedes que ha sucedido…? Pues que no ha vuelto a llamar. A menudo, queremos obtener resultados haciendo lo que nos apetece y, eso, no es posible. Los beneficios de un buen desarrollo de la fuerza, de la resistencia, la flexibilidad y la coordinación de forma integral y planificada, generan un equilibrio orgánico que nos permite disfrutar de una salud mejor, además de prevenir lesiones y enfermedades y mantener la autonomía a cualquier edad de nuestra madurez o vejez.

La oferta mayoritaria existente está basada en lo que a la gente le gusta hacer, y no en lo que verdaderamente necesita. Un buen entrenamiento te proporciona el bienestar necesario para que no necesites pasarlo bien con todo lo que hagas, porque, simplemente, ya estás bien.